martes, 11 de diciembre de 2007

¿Locador de qué?

Un destino de gloria como locador....

Si tu suerte te premió con un contrato de locación de servicios, seguramente habrás pasado por algunas de estas “gratas experiencias”:

· Tenés que inscribirte y pagar $ 150 entre ingresos brutos y monotributo. Así te transformás en un proveedor de cosas o servicios, como cualquier empresario, haciéndote cargo de tu obra social y jubilación... ¡Y pagar por tus “ganancias”!.

· Pagar el sellado del contrato. (¡conseguíte un préstamo a 90 días para poder cobrar tu trabajo!!!)

· Después de firmar y sellar el contrato, aguanta entre 3 y 6 meses hasta que el cajero municipal te diga ¡¡¡BINGO!!!

· Tu sueldo será una miseria: aparte del gran aporte al fisco, vas a poner para viáticos, fotocopias, afiches, marcadores, papel de todo tipo y forma, cartuchera equipada, protector solar, tarjeta de teléfono y colectivo, comida y equipo de mate, botas de lluvia si salís a terreno, y, luego, refrianex... sin olvidar la contención psicológica que necesitás para ser un MR...

· Y vacaciones... 3 o 4 meses ... ¡pero sin sueldo, contrato o seguridad de volver!.

· Cada finalización de contrato implica: cruzar los dedos, rogar, gritar, patalear, reunirte con San Cayetano y San Expedito o comerte la angustia hasta que tus jefes definan si sos el afortunado en reiniciar este ciclo perverso.

· Y si no te tocó rearmar el currículum, y años después pasás a planta transitoria, el CAZADOR te atrapará cual OCA y volvés a empezar: te bajan el sueldo, perdés la antigüedad, y ese año ¡no te tomás vacaciones....!

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